5 cosas que crees que te van a matar (y no) · Parte II

Hace unos añitos escribí la primera parte de este artículo sobre cosas que la gente cree que les van a hacer polvo pero luego ni de coña. Y como ha llovido mucho la cosa se ha ido renovando y toca añadir algunas novedades a la lista, porque Tiktok hace mucho daño y el mundo de las fake news no deja nunca de sorprendernos así que toca poner un poquito de sentido común (y ciencia).

5. La avena.
El producto estrella de los desayunos alemanes se ha puesto en cuestión recientemente por sus antinutrientes. Y lo cierto es que, como pasa con muchos productos, para digerirlos y absorberlos adecuadamente sin que afecten a nuestro organismo tienen que pasar por un proceso. En el caso de la avena con cocinarla o dejarla en en remojo mantiene gran parte de sus propiedades y se vuelve más digestiva.


4. La higiene y el jabón.
Hay toda una moda de no ducharse, no usar jabón y en general, descuidar el aseo personal en post de una vuelta a una suerte de vida tradicional o primitiva que se relaciona con un aumento de las defensas. Pero cosas actuales como el iPhone ni tocarlo (que por otro lado suele estar bastante sucio), solo nos quedamos con lo de ser un guarro. El caso es que los animales también se acicalan diariamente y tú no vas a ser menos, José Manuel. Por que sí, esta tendencia se da fundamentalmente en hombres heterosexuales que siguen esta búsqueda inexorable de lo que significa su masculinidad. Así que déjate de tonterías y date una duchita con jabón neutro que no te va a hacer nada malo. Lo que sí es importante es consultar con tu dermatólogo si tienes algún problema en la piel, secarse bien, usar productos adecuados y que el agua esté a la temperatura precisa para no alterarla.

3. Las vacunas.
Es un clásico que siempre vuelve, con el rollo de que nos meten chips o que tiene relación con el autismo, pero con el último brote de sarampión en USA no está demás recordar que las vacunas son medicamentos perfectamente válidos y testados que pasan muchos filtros y pruebas antes de aplicarse y que con el paso de los años cada vez se han refinado más. De hecho campañas actuales de vacunación para el Covid-19, papiloma o hepatitis son tremendamente útiles, sin olvidar clásicos como la vacuna contra la malaria, el tétano o la tradicional gripe. Y ojalá llegue por fin la tan ansiada para prevenir la infección por VIH.

2. El agua 2.0
Ya en el post anterior hablé de que el agua del grifo en países desarrollados es totalmente segura, pero ahora volvemos con el tema de que el agua moja deshidrata. Lo que lees. Algunos gurús de redes sociales llevan años empecinados en decir que si bebes agua sin sales tu cuerpo entra en un proceso de osmosis que resulta perjudicial para el organismo. Bien, dejando de lado lo profundamente absurdo que resulta todo esto, el agua tiene diferentes grados de mineralización y por ende su porcentaje de residuo seco varía pero, en ningún caso, hay que beber de forma habitual agua salada, carece de sentido y puede producirnos alteraciones intestinales. Si quieres algo líquido y saladito hazte una sopita (aunque nuestras dietas ya son suficientemente altas en sodio, así que tampoco te pases).

1. Las cremas solares.
No sé en qué momento el uso de la crema solar se ha convertido en objeto de debate. Lleva años usándose y ha prevenido el cáncer de piel en millones de personas de todo el mundo, pero en los últimos tiempos ha surgido una corriente en contra de su uso dentro del marco de los haters de todo lo químico y la necesidad de la vuelta a lo natural. Pues bien, aunque algunos reconocidos futbolistas aboguen por prescindir de la protección solar, lo cierto es que su aplicación no supone ningún riesgo, todo lo contrario. Usar crema solar ofrece múltiples beneficios para la piel, incluyendo la prevención del envejecimiento prematuro, la protección contra manchas y quemaduras solares, y la reducción del riesgo de cáncer de piel. Además, ayuda a mantener la piel hidratada y a prevenir el daño causado por los rayos UVA y UVB. Otro tema es qué marcas usemos, la calidad en sí del producto y el factor de protección, pero lo importante es que se trata de un producto completamente seguro y de hecho cada vez más necesario.

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