Está mal visto criticar las drogas. Vivimos imbuidos en zumos detox, productos sin gluten, si lactosa, sin aditivos, dietas veganas, yoga, crossfit, running, jogging, fisting… pero luego las fantasías químicas del fin de semana la peña se las traga como caramelos.
La adicción a las drogas es una enfermedad y las causas pueden ser múltiples, pero también es cierto que es muy complicado plantarse y decir no a las drogas cuando absolutamente todo tu entorno las consume y, si no lo haces, eres el rarito sano del grupo.
Pero es que encima luego a toda esa gente que se droga y que no le sienta bien el tema hay que aguantarla. Porque esa es otra, teniendo en cuenta que un 25% de la población mundial tiene trastornos mentales, ¿en serio creemos que el consumo de drogas tan a la ligera que estamos teniendo no tiene consecuencias?
Además, las drogas no caen del cielo, bueno a ver, depende, pero ya me entendéis, tienen que prepararse o fabricarse, distribuirse y venderse y, los cauces y el dinero sobre el que sustenta el negocio, éticamente no parecen ser así como muy cuquis, que el que más o el que menos ha visto Narcos en Netflix.
Yo me crié en el Prat y los ecos de lo vivido en los 80 en San Cosme nos hacían temer todo hasta tal punto que fumar un cigarrillo ya era algo como de muy malote. Por eso cuando me mudé a Drassanes y vi el percal me quedé muy impactado. Aquello era real el plató donde rodaban Callejeros. En el barrio del Raval de toda la vida ha habido problemas con las drogas, eso lo sabemos todos, pero verlo en vivo y en directo es fuerte. El caso es que 10 años después la cosa ha ido de mal en peor, con narcopisos, violencia, robos… y lo curioso de todo ello es que los comentarios más reaccionarios sobre este tema proceden, precisamente, de aquellos que las consumen pero aún no pernoctan en la calle. Una mezcla de clasismo, hipocresía y demencia fruto, seguramente, del consumo excesivo que ha convertido sus cerebros en una bola de queso emmental. Obviamente la ciudad tiene un problema con las drogas a nivel global, pero podemos poner nuestro granito de arena no consumiéndolas, así para empezar, no sé.
El consumo de drogas no beneficia a nadie. Esa constante alteración de la conciencia merma tus capacidades y acaba con tus relaciones, afecta al trabajo, a tu salud, entorno y a tu vida en general.
Y, en serio, creo mucho en la libertad individual, que cada uno haga lo que quiera con su vida, faltaría más. Pero cuando vas hasta arriba y empiezas a desbarrar tampoco es que te des mucha cuenta de lo que haces y es tu entorno el que paga las consecuencias de alguien que no se da cuenta de qué está haciendo y no se deja ayudar.
Mi reflexión es la siguiente: si no eres capaz de salir de fiesta sin drogarte, si no eres capaz de pasar todo un fin de semana sin consumir, si necesitas drogas para tener sexo o, directamente, las tomas a diario, cariño, tienes un problema con las drogas. Ve a un médico y mira qué te pasa. Te harás un bien a ti mismo, pero, sobre todo, a la sociedad.
Ah, y el alcohol y los porros también son drogas.
Dejar una contestacion